Friday, September 15, 2006

 

No es bueno ser perezoso, residentes de la capital del pecado universal, por si fuera poco empeñarse en tener aquella ciudadanía, debe añadirse que es un pecado un poco aburrido. No se ven los zoológicos llenos por ver cómo el perezoso se confunde entre las ramas, duele el cuello y da poca satisfacción, pase por favor a las jaulas de los monos, esos hasta le hacen el ademán de michael jackson sin ululaciones. O vaya a la de los osos, donde igual el entrentendimiento será frustrante, aunque observar seres peludos y enormes suele causar mayor excitación. Miren como hacen cola los ciudadanos, pareciera que fuesen a votar, pero no, están allí haciendo el oso y se abrazan como hermanos. Mas, el asunto de hoy no tiene que ver con la capital, ni la iglesia, y veo a desmond morris alzar la mano, pero no le haré caso. Hey galo, gracias por leer, al césar lo que es del césar, tu blog es semejante a un portaviones. 1, 2, 3, despegue.

A LA REJA!!!!

dedicado a la memoria del pana enver, cuyo renacer en las haciendas de bucay, sin duda dará frutos o por lo menos terneros.

Es inocente pero igual va preso, y da la casualidad de que leopoldo fernández pirateaba sus dvd´s a un costado de la bahía de cochinos, no entiendo el esmero por amontonar las fundas negras antes de que pase el recolector. No lo entiendo, pero hiede y si me da cólera también herirá. Pero la epidemia pasó, la peste la hizo camus, y el shampú de camonila aplicado durante la ducha me hace olvidar, al rato pasará el recolector, con su maquinaria con su gente, no escarbará entre los montones, eso lo ejecutan otros, los independientes, ellos solo recogen con prisa y meten todo para adentro, pa´ la reja. Desde hace unas semanas, casi un mes, a ese muchacho no le salió el poema, lamento hablar de esos casos, y sé que lo llena de verguenza, entre los montones, habían restos de sus letras de cambio, se había prometido abandonar los versos libres y practicar unas liras, pero la moneda italiana hace rato que no es esa. Y él que se pensaba ir allá, porque acá no se siente a gusto. Hiele su orgullo, póngaselo al vaso y hágala helada. Tráguese el aroma. No sale el chingo poema libre, así que váyase a practicar romances, pero haga algo con su vida. Decía aquel: El sueño que me quiebra/ ya no será el camino del manto despreciado/ y pálidos los salvajes/ que se abjuren por cuotas a quince años plazo, que se abjuren y desprecien. Pero mala suerte o quizá sabiduría cósmica, el muchacho tiene cierta dosis de lectura y para pasar el trance digestivo, se encierra en gangotena, de alfredo hablo, y llega a ese pedazo en que el poeta dice: El sueño que me alarga/ Ya no será sino un manto de vidrio/ arrojado al desprecio,/ en torno de mi palidez./ Abjuro de mi destino, los salvajes me han oscurecido la razón./ Derrotado, el muchacho se vuelve a derrotar, y eso que nunca se echó a traducir el movimiento beatnik, pero igual suma derrotas que es parecido a derroteros, y haciendo memoria, recuerda que al poeta lo léyó no hace poco, y su poema alguna vez gustado, lo había olvidado y sentándose a escribir, lo único que escribió fue su copia, con otras palabras, pero su copia, y como el muchacho no tiene derecho a disputarle mérito ni originalidades a gangotena, pues arruga el poema impreso, y lo echa al tacho y del tacho vaya ud a saber qué recicladora hará chamba. No sirvo para esto, soy un copista, ¿una copita? No qué horas son estas de tomar, digo un copista, los que transcriben. Eso soy, dice el muchacho e intenta, como ya dijimos una lira, pero no le sale música a la condenada. A la reja!!!! A ver, de pronto mi poema es válido aunque se parezca mucho al de gangotena (porque el resto seguía muy similar, según se lamentaba otro día, aceptando ahora sí la copita... es que ya era hora. ¿Qué, era abstemio? No, hombre, eran las 9 pm). Quizá el entrelineado diga algo que el de alfredo no diga. No me vayan a malinterpretar pero aunque me gustó, no lo quiero homenajear. Quizá el entrelineado diga algo, repite, y se pone a analizar los espacios en blanco. Es tedioso, de pronto le alcanza una sonrisa y el puntito que sale rojo en las fotos, brilla. Pero al rato el racionamiento lo vence y volvemos al montón de los recolectores. Quizá haya que dedicarse al romance. Es más fácil. Error, muchacho, no es más fácil. Rima que te rima, y mejor te pones a escuchar a dr dre, pero yo prefiero a eminen, me da igual que te guste la colección, el romance no es fácil, ni el soneto ni la cuartilla ni el arroz con leche me quiero casar, si no eres poeta no eres poeta y ya. Ponte el dvd, que ahora preparo canguil. No entiendo, mi vida es poesía pura, luego lo que escribo es pura poesía. Error. Dónde guardas el aceite de oliva, el italiano que te mandaron. No entiendo, llevo leidos la mitad de los estantes y tengo un cerro al que le tengo ganas, solo es tiempo el que me falta. Pero de qué sirve, lo único que hago es imitar el verso de gangotena. Error. A que él también tiene un montón de versos que no fueron de él y no se hizo lío, pero yo no sé de esas cosas, no sé a que te lamentas conmigo, ve y busca a alguno de tus amigotes de esa onda, no me digas que ya te peleaste con todos. No sirvo para esto y tú no eres Max Brod. ¿Mad Max? Max Brod, el que no le hizo caso a kafka cuando le pidió que incinere su escritos si él moría. Max los recogió y kafka es kafkiano, destino obligado de tod... ¿Y quién es kafka, hijuedelagrandiosa? De qué estás hablando. Un tipo depre, no creo que lo conozcas, tenía los ojos muy abiertos, eternamente con expresión de asombro y al hablar parecía iluminarse con una llama de humor más perversa que irónica, y además miraba como si hubiera sabido algo ignorado por el resto de la gente. Y eso, ¿te lo aprendiste de memoria? Sí, de los clásicos Ariel, el 92. Mira yo no soy ese Max que dices. ¿Qué tengo que hacer para que veamos el puto dvd? Llévate mis papeles. ¿Estos? Y estos también. Espera, acá tengo otros. Tú no eres kafka, oe, pero has escrito bastante, deja traer una funda de la cocina. Había en la vieja revista Sputnik una caricatura, años de la guerra fría, protagonistas un gato mansomenso y un ratón odioso como cruel. El gato, su nombre era Leopoldo y los niños rusos lo adoraban, terminaba cada historieta con la frase: "muchachos, seamos todos amigos". Este post no es su satélite, la frase final viene en un instante, lamentablemente es ilegible, que no es lo mismo que impublicable. Oh, muchacho, no eres kafka.

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