Wednesday, October 11, 2006

 
(EL FLAMANTE REGALADO)


LA PRESENCIA DEL OÍDO
Un color que semejante al carmesí
Pintó dentro de mí con un crayón
My friend, una ruta inesperada
Fue destello y también rocío
Forastero que acertó un hogar
Sobre esta hoja de romería
Y tanto cautivó el panorama
la calma y hasta la paciencia
que hay que tener para amparar
Que halló consuelo y aventura
en su verbo candela, sagitario
que apunta directo al escarlata
y ruge como felino techado
condenadamente
porque sí y porque no
nuestra ternura.

dON jUAN pASCAL y cRICK


Hacer un ocho es igualar, cavar dos hoyos, liar sogas y ensortijarse. Es voltear el alfa, colocar al omega de sombrero. Visita de agosto, en un domingo despistado; es juntar tus ocupaciones del brassiere y apretar mi médula grisácea hasta el cese de lucubraciones, ocho con simpleza que suelta mi descendencia en la cerámica, y por si las aladas se marfilan, en recovecos donde inventábamos fértiles numeritos de salón.

Hacer el nueve. El uno y el demás, junto a los quehaceres.

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