Saturday, October 21, 2006

 
Su hábito de encarar

Te aviso: la federación y uno de los míos preferimos que consigas rasguños,
imberbe. Acatar uno que otro comercial no te hará tanto daño.
Pero si te permito atravesar mi cortina y me fijo
en tu punto dilatado, con la sangre en dirección y la consecuencia,
será porque insististe, cedí, propasamos.
(De los linderos de la hoja y el afeite)


Recordarás la graduación
En que abandonaste el café
Y las apuestas sencillas
Adquirieron grado de mareo
Sobre las heridas sollozantes
Que endurecieron tu piel como las penas
Y el código dedicado al menor
De los intentos, se frustró a menudo

Había otra solución, batiéndose
Entre las cosquillas, la vergüenza, el descaro
Así, era del placebo, un mancebo bobo
Cutre y voraz, fuchi e indoloro
Que el discovery en su cuerpo desplegaba
Un diminuto reflejo de vanidad creciente
Como línea que anhela un margen
Y detiene aquí
En la frontera donde mozalbetes
Tientan cruzar el puño, pero no
Hasta que manejes a doble mano
La peripecia de usar la boca
Por decir lo que no llegas a ejercer

Otro curioso modo de exponer
Acabó mezclado en el flujo
Y lo abrazaste, a duras penas como goces,
Antes de marchar
Observaron con inquina y deleite,
El don seminal, así de plano
Te quebraste la aurícula y aorta
En la experiencia de otra experiencia,
Adición de expedientes
Y tras convertirse en exclamación,
Un ‹‹vete al infierno›› desaforado
Explica cómo un fonema repetido incomoda
Si no tiene el extenso mar
Humedad mayor que una simple gota.

Fallo de circulación
En los tiempos de uso y desuso
Encontraste un sistema de acomodo
En un cartón bajo la cama
Y vaciaste kilos de certeza
‹‹Partiéndote para ser alguien››
Pero cierto mediodía, como las cucarachas
En la fábrica de un oficio, te mostraron las antenas
Llegaste a casa, sorprendido, te forraste de café
Y resolviste conversar con ellas
Con disciplina y deporte
Cepillándote más veces
En privado, cierren puertas y ventanas
Humano acepta ser humano

Cabe en una pausa
Aunque ya formaban parte tuya
O tú de ellas, te valiste
De los nuevos incisos
y demás efectos personales
Para hacer de tu género el atractivo
Contrario a lo que pensabas
Estás buenísimo
No lo podías creer tan fácilmente
Quien despotrique contra la crudeza
Que se calle, estás riquísimo
Que hasta dan ganas de burlarse
De gritarte ‹‹chuleta›› por la calle
De la famosa amargura pavimentada
Cuando te decían pare, y tú detenías
Ahora prefieres verte recorrer
La velocidad del planeta

Y acaso entiendes tu estadía
Junto a un ramal de grises
Que aunque suene como alga
Y sepa como semejante, nutre
Hasta a las patillas que merodeaban
Tus cubiertos, tus formas evacuadas
El espíritu, incluso en lo acuoso
derramado por montones de caliches
Te siente nervudo y resistente
Aunque el cartón advierta: frágil
Qué importa, que se rompan
Las tazas, y cada quién sepa proseguir
Porque has desarrollado y toca demoler al resto
hasta verlos disolver por sus propias tuberías

Complacer, avasallado por esta sinrazón
Ajena al sexo, que no es locura, que ni es amor
Va el ritmo apremiándote los límites
El siglo siguiendo, el año pasado, la semana afín
Al día siguiente, a la hora que llega, en este segundo
Y no te cuento las décimas que rebajamos
En la sala de masajes, la crónica del día
La indigencia por acabar

Pero qué son las palabras
Ellas no ven lo que tú, no les niegan el crédito
Ni reciben tampoco al ave de los cuentos
Qué sabe un vejete chino, árabe, normando,
Judío, hindú, mestizo, afro
Y lacio el rizo de cualquier estado
Qué conoce de mí en este momento

Su hábito de encarar le provoca abrir las fauces
Devorar al mundo y al inmundo, venga en combo
Afróntelo, no es como pensó que sería, ni va en serie
La cosa turbia es que un billete conduce
A la siguiente estación
Y en cada una el bloque residente, el otro pasajero
Un hilo conductor que te hala hacia el nudismo

Es aquí donde comprendo que hablo de otra cuestión.

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