Wednesday, October 11, 2006

 
Uno prestado, uno viejo y otro flamante regalado, viejo de porra, si no fuera por tu lana de borrego. Lana, guita, billuzo, money, qué no entiendes viejo, di I Do, como te enseñé, es difícil mantener esta expresión inconfortable al ras. Dame una cuchara, que abrirás la boca, viejo desgañite. Mira tu avioncito. I do, i do, i do.

(EL PRESTADO)

tomado de un tomo de cuentos jasídicos, escritos en su mayoría por Baal Shem Tov
(...)
Contar una historia como un acto religioso.- Y lo que ocurre es más:
el estilo, a veces críptico, ocasionalmente sorprendente, casi siempre
práctico de los relatos jasídicos, impregna, como el de ciertas historias
orientales, la literatura de varios idiomas, incluyendo la de Jorge Luis
Borges, que no dejó de ocuparse del movimiento. Ocurre además, que las
historias jasídicas constituyen un caso único:
(...)

UNA PREGUNTA IMPORTANTE
En cierta ocasión rabí Suzía se mostró a sus discípulos con los ojos enrojecidos de tanto llorar, y el rostro pálido y angustiado.
El rabí respondió:
Los discípulos se miraron entre sí, desconcertados. Al fin, uno dijo:

Rabí Suzía elevó sus ojos al cielo.

Sus seguidores insistieron:

Rabi Suzía suspiró.

Uno de los seguidores de rabí Suzía, apenado, se le acercó, y posando sus manos sobre los hombros del rabí, le miró fijamente, y le preguntó:


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