Cambio de Siglo :::::Gye°

LOS SECRETOS SON SEDUCTORES

Llovía mucho. No en Londres, sede de la película, sino en Guayaquil. En la puerta de la disco, la Gatita y yo esperábamos a que llegasen Millie y José Ernesto. Nadie más vendría, el aguacero terminó regalándonos toda la pista de baile, sobraron los dedos de la mano, al contar los asistentes, y entre los cuatro tuvimos que aliñar la noche. Fue explicable la ausencia de la Doctora Amor, pero no así la ausencia de El Bombero (lo sé, están medio graciosos los alias, pero, por lo mismo, se pierde gracia y de paso se molestan conmigo si pongo sus nombres de pila), él es alguien importante para las chicas y para mí, pero se ha distanciado de nosotros. Vivimos mensajeándole, que sí que venga con nosotros el finde, que se asome si anda por allí cerca. Mas, él tiene un secreto… o quizá simplemente está viviendo su vida y encontrando nuevas situaciones, nuevas decisiones. Y entonces uno irremediablemente vuelve a pensar en qué será de él. Pati Paté suele decirme que las personas son mal llevadas, que cuando uno las olvida es cuando ella asoman cabeza para decir aquí estoy; pero hay excepciones, a Pati Paté y a mí nos consta, pero El Bombero… ¿será una de ellas? ¿Él dejará de asomar en adelante? Quisiera enterarme de sus pensamientos, saber qué lo está alejando del mundo, o sea, se dan cuenta de que podría llegar a convertirse en mi obsesión, que por el llamado bien de la amistad podría intentar entrometerme en su siquis e indagar más y más, sí, con la excusa de protegerlo de un supuesto peligro. Para fortuna de mi estimado Fireman, no creo que así suceda (¿y si les estoy mintiendo? jajaja). Cuando Barbara empezó a leer en Sheba como en un libro, se sintió cómoda, era como escribir su diario y desparramar sus sentimientos. Y al descubrir su relación con el quinceañero, puso en orden las cosas, pues, ¿qué puede hacer más daño? Que lo expulsen al muchacho, a la maestra, y que… ella pierda a su nueva amiga. ¿O callar? ¿En qué se parece el silencio a un secreto? Respuesta obvia, se echa a perder si alguien abre la boca y arruina esa especie de magia. Saben, Gatita ya no baila conmigo de la manera fresca en que reguetoneábamos cuando nos conocimos, yo me preguntó por qué, pero no le he comentado nada. Y aun así, cada vez que salgamos en grupo, me la asignarán a ella, si no va su eterno novio. Y yo estaré conforme.

Cuál es la dificultad de revelar un secreto… dices la palabra y ya está, es sencillo, nos decía Barbara, explicándose a ella misma en su metódica escritura. Mi segunda sorpresa del día llegó cuando mi amiga de la derecha me invitó a que la invite a ver esta película. Tengo con ella una gama de silencios que de cuando en cuando desgarramos, y sí, es sencillo. Y aunque nuestra amistad no depende de esos secretos compartidos, sí colocan mi confianza en ella dentro de una nueva caja de cristal que maniobro para no quebrar otras cajas de cristal que guardo. "¿Que no confías en mí?", me preguntó, cuando le dije que en la cartelera no estrenaban la cinta en mención, y ella aseguraba que sí, que le diga a qué hora, para verla. Nosotros somos de los que no nos levantamos hasta que la banda sonora y los créditos terminen.

Y ya está dicho. A las doce y media, luego de un par de horas de bailar intensamente, nos hastió la falta de gente en el lugar e hicimos retirada, sin consumir un solo trago entre los cuatro. Estuve un rato viendo las fotos, ya en mi habitación, garrapateando un par de frases pa este post, hasta que ese silencio inconfesable se quedó acurrucado conmigo.