Tuesday, April 10, 2007

 

Hacer la tarea

"El hombre es un experimento; el tiempo demostrará si valía la pena" (Mark Twain)
Lo previsible provoca en mí un tedio angustioso, comer para nutrirse, estudiar en pro de un futuro asegurado, dormir para reparar energías, pensar para llegar a una conclusión. Convengamos que hacer de A un medio para B y C es la manera en que la humanidad ha logrado, mal que bien, organizarse y hacer de nuestra existencia ese acto de espera funcional que en el momento de abandonar el cuerpo hace decir a quien nos ve partir, ájole, en efecto existió confuerza.
No tengo porqué irme en contra de los hábitos de la humanidad, funciona como funciona. Dicen que alguna vez en el tiempo, ese tiempo que asumimos como futuro, pero hablo del futuro en eones, de hoy en hartas anochecidas, los hombres y mujeres terráqueos tendremos la cabeza mucho más grande, el cuerpo algo encogido, delgado, pinte uno de esos identikit alien, y listo, hacia allá apunta nuestra anatomía. Qué cómo se puede saber eso, pues hay personas que tienen la capacidad de llegar a esas conclusiones; así como al carbono 14 se le antojó servir para determinar aparentemente con exactitud la edad de cualquier hueso viejo. Con esto estoy suponiendo que algún recontranieto mío (aún quiero tener hijos) agarrará su cacharro y hará pasantía en algún planeta primitivo, donde desconcertará a los matemáticos locales con sus formas piramidales de gran tamaño y piedras lisas con gigas y gigas de info que en aquel lugar nadie sabrá manipular ni obtener gran provecho, pero está visto que los humanos necesitan atar cabos con los orígenes, que desandar los escalones es como una toma de nutrientes del cordón umbilical y vaya que espero que a ese recontranieto mío le toque algún mundo de buen talante y pueda obtener las notas que ambicionaba.

Hoy vine de recoger mis libros de la U., tengo deudas morales que pagar, tengo una condena intelectual de unos cuatro años por cumplir, y como no todo tiene que sonar mal, tengo mucho por apr
ender. Lo cual no quiere decir que voy a borrar de mi espíritu que a C no se llega necesariamente rumbo A, ni B. Y que C es apenas otra letra. Que hay otras dimensiones y misiones que el cuerpo humano no está apto para asimilar. Que la poesía es un escape sideral, como también lo es la arquitectura y el deporte. Que el amor está constituido de hechos palpables y no de nociones etéreas. Que si talas un tronco y revisas sus círculos concéntricos también puedes determinar la edad. Que si te fijas, la mayoría de los techos son planchas de zinc, o tejas de terracota, todo acanalado, seccionado, parecido, previsible, lo cual no quita que el juego de encontrar las X diferencias en los dos dibujos sea una vida llena de emociones y reconocimientos.
Lápiz y sentido.

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